Convento

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CONVENTO DE SAN ANTONIO DE PADUA 
 

La Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara surgió hace más de 800 años, cuando la joven noble Clara de Asís, profundamente impresionada por la conversión de su paisano Francisco, abandona la casa paterna en la noche del Domingo de Ramos del 1212, iniciando una aventura evangélica en el monasterio de san Damián, a la que muy pronto se suman otras jóvenes. Allí vivió más de cuarenta años, distinguiéndose por su humildad, su espíritu de piedad y penitencia, su exquisita caridad y, sobre todo, la radicalidad de la pobreza, un rasgo característico de la espiritualidad franciscana, unida a la confianza total en la divina Providencia. 




Su ejemplo se extendió rápidamente no sólo por Italia sino por toda Europa. En 1229, poco después de la fundación en Asís, las clarisas llegaron a Zamora originándose la comunidad que actualmente se vive en el monasterio de Santa Clara. Todavía en vida de Santa Clara, en 1254, se funda la comunidad de Toro. Luego surgirán las de Villalobos (1386), Benavente (1400), el convento de santa Marina en Zamora (1482) y el del Corpus Christi-El Tránsito (1597). 


A Villalpando llegaron en 1633. El Monasterio de San Antonio de Padua fue fundado por don Antonio de Urueña, natural de Villalpando y tesorero de la Cruzada en Perú, y sus primeras moradoras fueron cuatro hermanas de la vecina comunidad de Villalobos. A lo largo de sus casi cuatro siglos de historia han sido numerosas las hermanas que han pasado por él para perpetuar la forma de vida iniciada por Santa Clara. 



En la actualidad forman la comunidad nueve hermanas. Su vida sencilla transcurre entre la oración, la eucaristía, el trabajo (elaboran formas para la eucaristía), el estudio, los momentos de encuentro fraterno… en un clima de silencio y recogimiento que favorece la unión con Dios. Pero también son protagonistas principales de la vida parroquial, no sólo mediante su unión con todos en la oración, sino que han hecho de su templo un importante foco de vida pastoral en la Villa y en toda la zona, especialmente de adoración eucarística, conforma al carisma de la Orden. 



El exterior del templo nada tiene de llamativo, conforme a la tradición franciscana. El interior es muy pulcro y recogido. Preside el retablo una imagen de la Inmaculada de alabastro, de hechura contemporánea. 



Celebran cada año la fiesta de san Antonio de Padua (13 de junio), Virgen de los Ángeles (2 de agosto), santa Clara (11 de agosto ) y san Francisco (4 de octubre).